jueves, 16 de febrero de 2012

Las cosas por su nombre.

La verdad es que hoy iba a escribir un post sobre el estilo de Amber Riley. Iba a hacerlo y lo haré después para programar la entrada, pero he leído este post en Intersexciones y quería dar mi punto de vista aquí.
Quiero que quede claro que esto es (lo voy a poner en mayúsculas y negrita, no por gritar sino para que quede bien claro) MI PUNTO DE VISTA y me gustaría conocer los vuestros, porque siempre se puede aprender algo y, además, para eso existen los comentarios.

Hablamos de llamar a las cosas por su nombre: al negro, negro; al blanco, blanco; al viejo, viejo; y al gordo, gordo. De dejarnos de eufemismos de "mujer real", "persona de color", bla, bla, bla. Pero lo mismo que a una huesuda le molesta o puede molestar que la llamen flaca o anoréxica, a mí, con mis kilos de más y mis michelines me jode (y lo digo así de claro, porque a mí no me molesta, a mí me jode y me hace daño) que me llamen gorda. No por el adjetivo sino por el desprecio con el que se suelta. Es como si a un gay le llaman maricón, que viene a ser lo mismo, pero el tono despectivo de la palabra ya lo convierte en insulto.
La primera en reconocer que está gorda soy yo. Tengo claro que por mi salud es mejor que me quite los kilos que me sobran o lo haga en su gran mayoría, pero por salud. Igual que, seguramente, una huesuda decida que, por su salud, debería coger algo de peso. No entro al tema de las enfermedades como ha hecho en el post porque ahí el tema es más delicado, hablo en temas más superficiales. Un homosexual no va a dejar de serlo porque venga alguien y le grite a la cara que es maricón, pero le va a doler.
Y cierto es que reales somos todas las mujeres (y todas las personas), incluso las que duermen la siesta en la camilla del quirófano y llevan tanto bótox y silicona en el cuerpo que podrían pasar fácimente por Barbie. Las cosas por su nombre y si somos gordas, rellenitas o personas con kilos de más, lo somos y punto. Pero con respeto, que es lo primero que deberíamos tener todos. Repito, que a mí me digan que estoy gorda, dependiendo del tono, puedo tomármelo como un insulto o como una descripción. No hace falta que repita el ejemplo de los homosexuales (y pongo ese porque parece el más claro, no por otra cosa).
Publicidad, prensa y demás nos venden la moto de que un cuerpo bonito es el del 90-60-90 con peso y altura proporcionados. Las medidas son lo de menos, desde luego y la relación peso-altura es una cuestión de salud y, como ya he dicho, no voy a entrar en temas de enfermedades como anorexia, bulimia, obesidades varias... es un tema complejo y con un trasfondo demasiado profundo para tratarlo a la ligera. Estoy hablando de integridad y de respeto. De que llamar las cosas por su nombre está bien, pero cuando ese respeto se pierde y se empiezan a utilizar tonos despectivos y maneras vejatorias, la cosa cambia y se deja de llamar a las cosas por su nombre para empezar a insultar. Y los insultos duelen. Las descripciones pueden molestar, pero lo insultos te golpean y te provocan heridas que tardan en cicatrizar y se convierten en estigmas muy difíciles de sacar de la mentalidad de las personas. Además, esas descalificaciones suelen darse, sobre todo, en edades infantiles y adolescentes, con la personalidad formándose y la mentalidad en pleno desarrollo. Conclusión, te hartas tanto de que te insulten (llamándote gordo, negro, maricón o lo que sea) que acabas por odiarte a ti mismo y, queridos amigos, eso tarda mucho en curarse si es que se llega a curar algún día.
No sé qué más decir sobre este tema, la verdad, cualquier cosa que añada sería repetirme y creo que los conceptos han quedado claros y que una misma palabra, un adjetivo calificativo puede sonar a eso o a insulto. Y esto segundo es, precisamente, lo que queremos evitar utilizando fórmulas como "mujer real" o "mujer con curvas".
Por último, sólo una cosa más, siento haber utilizado un lenguaje, quizá, un poco vulgar o soez, no se me ocurría otra forma de ilustrar el "artículo".

4 comentarios:

  1. Sólo te puedo decir que estoy de acuerdo con lo que dices. Los adjetivos están ahi y la mayoría de las veces se utilizan para hacer daño. Todas somos iguales pues que a todas nos traten igual .La mentalidad tiene que cambiar porque ya desde el colegio se utilizan adjetivos despectivos...me da igual gordo, flaco, espaguetti, ballena,cuatro ojos, etc.. Son adjetivos que depende de como se utilicen hacen daño, mucho daño.
    Y que conste que yo me quiero mucho a mi misma pero se que tengo kilos de más pero me quiero mucho a mi misma!! Qué eso es muy importante!
    Un besote

    LOURDES
    http:://lascositasdelulu.blogspot.com

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  2. Al igual que Lourdes, yo también estoy 100% de acuerdo con lo que dices. Desde siempre se ha utilizado este tipo de “Términos” para referirse a lo considerado diferente, he oído el gorda retumbando en mis oídos miles de veces y poco a poco ha ido perdiendo fuerza; el primero me hacia llorar, pero el gorda numero 999, ya no. Da igual quien lo diga o como lo diga, ya me da igual!!!.
    Llamemos a las cosas por su nombre, y cuando nos digan gordas, respondamos “retrasad@ mental”....cada cosa con su nombre ¿NO?.
    Besitos preciosas

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  3. Totalmente de acuerdo guapa! todo depende del tono con el que se diga... los eufemismos, son eso, maneras suaves de decir las coas, a veces para bien y otras para mal, voy a leerme el post de itnersexciones para entender mejor!

    eli
    www.vistetequevienencurvas.com

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  4. tienes una sorpresita en mi blog!!

    BESOTES

    LOURDES
    http://lascositasdelulu.blogspot.com

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