jueves, 23 de agosto de 2012

Con curvas y mucho estilo: Brooke Elliott

Brooke nació en Novienbre del 74. Es actriz y cantante, ha participado en varios musicales (La bella y la Bestia, The pirate Queen...), pero ha saltado a la fama por su papel de Jane Bingum en la serie de televisión americana Drop Dead Diva, una abogada que, tras fallecer, ve invadido su cuerpo por una aspirante a modelo que "la posee" tras morir en un accidente de tráfico, Deb Dobson. Horrorizada por su nuevo cuerpo, Deb va descubriendo el sentido de la belleza interior y aprende verdaderos malabares legales.
La actriz asegura que ama su figura y tiene un cuerpo hermoso. Todo un ejemplo de que la autoestima no está reñida con los kilos de más.

Imágenes promocionales de la serie.





Escena de la serie

En actos varios
 
Presentación final de la primera temporada de la serie.


Gala Rosie's Building Dreams for Kids
Gala premios Tony
A and E Television Networks 2011
Segundo Luch anual de mujeres poderosas de Variety
En mi opinión abusa demasiado del negro para actos y galas mientras que en la serie lleva una imágen más fresca, más colorida que me gusta bastante más. Saben potenciar sus curvas y resaltan casi siempre el escote sin esconder las piernas. Es un buen ejemplo de estilo en talla grande.
Lo que no puedo hacer es quedarme sin "criticar" de alguna forma esto:

Espero que la gala fuera en uno de estos inviernos crudísimos porque sino no tiene perdón. La veo claramente más gordita, pero no creo que sea motivo para esconder su figura de esa manera. Está muy lejos de favorecerle.

¿Os gusta el estilo de Brooke?
¿Qué opináis acerca del último "modelito"?

lunes, 20 de agosto de 2012

Esos malditos complejos.

Imágen de google.
 Lo que voy a escribir hoy me sale directamente del alma, así que antes de que empecéis a leer quiero que sepáis que esto es una confesión sincera y algo dolorosa.
Quien más, quien menos tiene sus complejillos. Algunas tienen complejo de altas, de bajas, de guapas, de feas, de tener el pelo liso, o rubio, o los ojos marrones... Yo desde hace ya unos años (muchos, para qué negarlo) tengo complejo de gorda. Hablé el otro día de aceptarse y de la autoestima, pero el complejo ya es algo diferente. O al menos eso creo yo. Para empezar quiero decir en voz alta que mi complejo se basa en una realidad física. La relación entre mi peso y mi altura me coloca en ese sector que los médicos denominan como OBESOS y me da igual decirlo en voz alta (escribirlo en este caso) porque es una realidad que tengo aceptada y al que no le guste, que no mire. Lo cual no quiere decir que no tenga complejo.
La RAE define "complejo" como: Combinación de ideas, tendencias y emociones inconscientes y generalmente adquiridas durante la infancia, que influyen en la personalidad y conducta de un individuo.
Creo que con eso queda bastante claro.
Esta mañana tuiteaba muy emocionada que tras dos años ¡por fin! volvía a entrar en un vestido que me compre dispuesta a ponérmelo mucho y se quedó en dos puestas y muerto de risa en el armario. La razón: engordé y no me veía bien con él. Hoy he decidido probármelo y salir con él a la calle. En el espejo de casa me veía muy bien y muy segura, pero me ha durado cinco minutos. Lo que he tardado en salir a la calle, vaya.
He ido en coche a unos recados y luego andando a otros. En el rato de paseo no he dejado de estirar del vestido para abajo e incluso, confieso, he entrado a una tienda con la intención de comprarme algo que lo sustituyera. Lo que viene siendo "vestido de emergencia". Quizá haya sido el destino el que ha querido que no encontrara nada a mi gusto y haya tenidoq ue conformarme con el vestido dichoso del que iba estirando cada dos por tres.
El vestido en cuestión no llegará mucho más de 5 centímetros por encima de la rodilla, que no es corto, que digamos. Tiene la largura perfecta, pero yo no iba cómoda. A saber, esta clase de vestidos los llevo SIEMPRE con medias y mejor si son opacas. Hoy he decidido ir a pierna suelta, principalmente porque hace muchísimo calor y porque he pensado que tampoco iba a morirme por enseñar las piernas, ¿no? Pues más bien, sí.
Lo peor que te puede pasar cuando tienes un complejo es que la gente se te quede mirando o que pienses/sientas que lo hacen. Y así iba yo por la calle, estirando del vestido tratando de taparme las piernas mientras una faja (sí, de esas de las abuelas) me oprimía la barriga ligeramente (que tampoco voy a encorsetarme...) y evitaba que me rozaran los muslos (no he podido evitar reírme al escribir esto) a la vez que trataba de que no se viera por el bajo del vestido.
No sé si puedo sacar o no una conclusión de esto, pero he tomado una determinación y es que el complejo seguirá estando ahí mientras yo quiera que esté, así que no voy a dejar que afecte al trabajo que he hecho con mi autoestima y que sigo haciendo para perder los kilos que me sobran.

lunes, 13 de agosto de 2012

Combinando: Vestido "blanco" de encaje.

Antes de empezar "del todo" con este post, quiero daros las gracias a todas por las palabras que me habéis dedicado en el anterior y, sobre todo, por dedicarle unos minutos. Es una entrada muy personal y que tiene más de mí que cualquiera de las otras, así que miles de gracias por el apoyo y la acogida que le habéis dado.

Ahora sí, me pongo del todo. El encaje o blonda está de moda, es una tendencia, o así lo dictan los que saben o mandan en la moda (yo ya no sé si de verdad entienden o sólo imponen lo que ellos creen). Se lleva en tops, vestidos, faldas, pantalones... Fue tendencia durante la primavera-verano y volverá a pegar fuerte en el otoño-invierno. El objetivo que me marco con este post es adaptar un vestido de primavera-verano a otoño-invierno por aquello de aprovecharlo durante el máximo tiempo posible. Si vivís en una zona donde el clima es estable y apenas hay diferencia entre estaciones, enhorabuena, pero las del norte, como yo, tendremos que empezar a sacar el abrigo de aquí en quince días... He escogido un vestido claro porque lo veo más veraniego, tengo en mente hacer otro "Combinando" con vestido negro. No me voy más por las ramas, ¡al lío!

Look de oficina
Un blazer en gris oscuro y unos oxford en el mismo tono son el complemento perfecto para un día de oficina. Con el brazalete y los pendientes de perla le damos un toque más formal.
 
Combinando: Vestido blanco de encaje. Look de oficina

Look informal
No olvidemos que estamos con looks más invernales y, aunque el abrigo nos resulte ahora un poco exagerado, me parece una buena idea combinarlo con prendas de invierno en tonos vivos para darle un toque informal y divertido.

 
Combinando: Vestido blanco de encaje. Look informal.

Look de fiesta
En esta ocasión he elegido un look más "rockero". El encaje me parece muy formal, pero combinado con una chupa de cuero tiene un toque diferente y con los botines de tacón se le da un toque elegante. 
Combinando: Vestido blanco de encaje. Look de fiesta.



Look de Ceremonia o Coctail.
Combinar un vestido de encaje para una ceremonia en verano es sencillísimo, conjunta a las mil maravillas con una sandalia de tacón y un clutch, en épocas más frías ya es más complicado. Por eso me he decantado por combinarlo con un abrigo negro de satén y un salón con plataforma que le da un toque sofisticado.
Combinando: Vestido blanco de encaje. Look de ceremonia.


Como he dicho arriba, el encaje me parece muy sofisticado y elegante, pero queda demostrado que, con los complementos adecuados, puede servir para cualquier situación. Y si podemos darle un poco más de vida y juego que dejarle sólo para el verano, ¿por qué no aprovecharlo?

Y vosotras ¿tenéis un Vestido de blonda en vuestro armario?
¿Cómo lo combinaís?

miércoles, 1 de agosto de 2012

Aceptándose a una misma.

Hace una semana, tras 3 años de "tratamiento" la psicóloga me dio el alta. Entre otras cosas tenía un problema de autoestima bastante gordo que arrastraba desde los 5 o 6 años, más o menos y que me han tratado ya varias veces sin éxito.
Una de las "terapias" fue abrir este blog. Lo hice porque quise, no porque ella me lo dijera o recomendara, simplemente me apetecía hacerlo y, aunque no le dedico todo el tiempo del mundo, aquí está. Me hace sentir bien y a gusto y fue un paso grande para empezar a aceptarme tal cual soy por fuera y por dentro. Vosotras habéis ayudado mucho con vuestros comentarios y consejos, así que, una vez más, mil gracias.
Otra de las cosas en las que me ha ayudado es a hacer que me resbalen ciertos comentarios y es que la educación brilla por su ausencia en muchísimas ocasiones y pasa lo que pasa. Si dejamos que comentarios negativos, hirientes y dañinos nos afecten y hagan mella en nosotros, jamás nos curaremos de ese mal que se llama baja autoestima.
Aunque lo más importante para empezar a curarse es siempre aceptarse, a menudo es más sencillo empezar a hacer pequeños cambios. A lo largo de estos tres años he visto evolucionar mi carácter y mi manera de vestir. He pasado de no poder ver ni en pintura los pantalones cortos a que se vuelvan una de las prendas que más uso doy. Lo mismo me ha pasado con los leggins y sus variantes, con los vestidos, las faldas, las transparencias... Al princpio cuesta, como todo, pero es cuestión de dar el paso, de atreverse y, sobre todo, de estar cómoda con lo que se refleja en el espejo.
No voy a decir que haya sido un camino de rosas, obviamente he tenido mis momentos bajos, esos de no querer salir a la calle o esconderse bajo la ropa más ancha que tenemos en el armario, pero he sabido afrontarlos y salir de ellos creo que más fuerte.
Es más fácil empezar a aceptarse por fuera, el exterior hace que nos veamos de otra forma y el interior evoluciona junto a ese cambio físico. Cuerpo y mente se unen en ese proceso de cambio y aceptación. Es cuestión de tiempo, paciencia y, sobre todo, ganas. Porque si no quieres hacerlo, te da pereza o simplemente lo dejas estar, no va a cambiar nada, sigues en el punto clavada o incluso más abajo. ¡Hay que ponerse en marcha!
Eso sí, las decisiones debe tomarlas una misma, nadie puede imponernos nada en este sentido. Quiero decir, y pongo mi ejemplo, yo decidí perder peso, YO, con mayúsculas, nadie me impuso el adelgazar. Tengo mis motivaciones como cada una tiene las suyas. He perdido unos ocho kilos en lo que va de año, sin prisa, pero sin pausa. Y me siento mejor conmigo misma no por el hecho de adelgazar, sino por cumplir mis objetivos, porque estoy consiguiendo algo que yo me he propuesto. Así con todo. Creo que es una grandísima satisfacción conseguir algo que uno se propone ya sea adelgazar, escribir un libro o aprender idiomas. Y esa satisfacción trae consigo el orgullo y éste, a su vez, un poquito de aceptación y cariño hacia uno mismo.
El camino de aprender a quererse y a aceptarse es largo y duro, este es sólo uno de los miles de capítulos que he pasado a lo largo de estos tres años en los que he aprendido a quererme y lo estoy consiguiendo.

Perdón por esta entrada tan "egocéntrica", quería compartir con vosotras esta experiencia que creo que puede servirle de ayuda a mucha gente.
Un beso enorme y gracias por leer.
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